Otro año que se acaba. A tomar viento fresco el 2004. Y pensar que ya han pasado cinco años desde lo del "efecto 2000", ese que hace tiempo veíamos tan lejano.
Que por cierto, al final, ni se reveló la lavadora, ni el microondas le devolvió la vida al pollo que quisimos calentar, ni a la nevera le dió por ingerir todo lo que contenía. Vamos, que el efecto 2000 se sufrió donde se tenía que sufrir (o no se sufrió porque se previno), pero que no fue tan caótico como muchos pensaban.
Bueno, al grano. Que nadie se la deje hincar por ningún sitio. Yo no me dejaré. ;o)
¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO A TODO EL MUNDO!!! :oD
El viernes estuve, como ya sabéis algunos, en las fiestas de Arascués, de donde es mi amiga Teresa. Pues bien, allí estuvimos cenando con toda la cuadrilla y después de cenar, al baile de la orquesta... Después de echar unos bailes y unos cubatas y hacer un poco el ganso por el salón del pueblo, por fin llegamos a casa pasadas las 7 de la mañana. El caso es que cuando consigo despertarme el sábado a eso de las 14h., descubro que mi cabeza tiene un tremendo dolor. Pero tremendo, tremendo, tremendo...
Para la tarde del sábado había quedao con un tío para hacerle unos apaños en su portátil, y cuando enciendo el móvil descubro en el buzón de voz un mensaje en el que me decía que lo dejábamos para otro día. ¡PODRÉ DORMIR SIESTA! Imaginaros la alegría que me llevé. Señoras, señores, en la vida había sentido algo igual: con una resaca del 15 pero feliz como unas castañuelas.
Pues nada, como esa resaca me había parecido poca, el sábado a las fistas de Panzano, de donde es Javier, mi cuñaaaaao en yerbas (esto de que cada uno de la cuadrilla sea de un pueblo es muy perjudicial para la salud). Eso sí, esta vez me tocaba conducir (en las de Arascués conducía mi novia), así que una copita de champán en la cena y el resto, refrescos (paso de hacer publicidad de marcas). Bueno, tengo que reconocer que si no hubiera conducido, tampoco habría probao los cubatas, porque el cuerpo no me habría dejao echarle ninguno más...
Por cierto, entre los asistentes a la fiestas de Panzano, había alguno más que llevaba resaca Arascuesense. Hubo quien le echaba las culpas al vino de la cena y quien las echaba a los cubatas de la barra (echaban licor hasta cubrir los cubitos). ¿Será que se juntó demasiao alcohol en el higadillo?
¿Quedan más fiestas entre la gente de la cuadrilla? Creo que Novales y Frula. ¿Sobreviviré?
